Dicen que Barcelona tiene uno de los mejores climas del mundo. Lo cierto es que tuvimos un tiempo fantástico para ser octubre. Esta escapada no tenía más pretensiones que conocer un poco más la ciudad. Descubrimos varios sitios con mucho encanto que no conocíamos y os recomendamos:1. Turó de la Rovira: Se ha convertido en un lugar de moda en el que se reúne mucha gente joven. Es una colina desde donde se divisa toda la ciudad de Barcelona y que hasta hace poco no era muy conocido. En este mirador podemos encontrar restos de bunkers de la Guerra Civil Española Se encuentra en la cima del Turó de la Rovira, en el barrio del Carmel.
2. Comida en el Barrio Gótico. Hay muchos restaurantes con encanto, pero esta vez nos gustó mucho La Fonda: aunque el nombre no parezca muy sugerente, el sitio merece la pena y es asequible a todos los bolsillos.
3. Mercado de la Boquería. Un espectáculo de variedad y colores. Nos encantó el orden y la organización de los productos expuestos y su colorido tan sugerente.
4. Sitges: por conocer algo más de los alrededores, fuimos hasta Sitges donde comimos una estupenda paella y paseamos por sus bonitas calles, tomamos el aperitivo en el que dice ser el primer chiringuito de España, fundado en 1913.
5. El Nacional: Y para terminar, no puedes perderte el impresionante multiespacio de El Nacional, un restaurante con espacios diferenciados, en el Paseo de Gracia, y con una espectacular y cuidada ambientación tipo años 30.
1. Turó de la Rovira: Se ha convertido en un lugar de moda en el que se reúne mucha gente joven. Es una colina desde donde se divisa toda la ciudad de Barcelona y que hasta hace poco no era muy conocido. En este mirador podemos encontrar restos de bunkers de la Guerra Civil Española Se encuentra en la cima del Turó de la Rovira, en el barrio del Carmel.
3. Mercado de la Boquería. Un espectáculo de variedad y colores. Nos encantó el orden y la organización de los productos expuestos y su colorido tan sugerente.
4. Sitges: por conocer algo más de los alrededores, fuimos hasta Sitges donde comimos una estupenda paella y paseamos por sus bonitas calles, tomamos el aperitivo en el que dice ser el primer chiringuito de España, fundado en 1913.